Tanto el ají picante como el ají dulce, pertenecen al género o compuesto
químico de la capsaicina o capsaícina. La Universidad de Nottingham,
publicó un estudio demostrando que los vaniloides de la familia a la
que pertenece la capsaicina, se unen a las proteínas en la mitocondria de las células cancerosas, para eliminarlas.
Los colores del picante pueden ser:amarillos, rojos, verdes, anaranjados
o mezclados. El ají, tiene una composición bioactiva, cuya sustancia la
capsaicina, responsable de su picor, la misma se haya fundamentalmente
en sus semillas internas y membranas.
Ennuestro organismo ésta sustancia estimula la circulación, regula
nuestra temperatura corporal y además tiene propiedades anestésicas.
El
ají, contiene agua fibra, vitaminas C, E, A, B1, B2, B3 y B6; minerales
como el fósforo, magnesio, calcio, potasio, ácido fólico, carotenos
y beta caroteno. Sin embargo, éstas maravillosas propiedades, conllevan
a observar algunas contraindicaciones u observaciones en nuestro
proceso de nutrición.
Las
embarazadas y lactantes, no deben consumir picante, debido a que su
componente principal puede atravesar la placenta y producir alergias al
recién nacido. Igualmente a los niños pequeños, no se les debe
acostumbrar a probar ají picante, ya que no pueden metabolizarese
alimento de manera rápida.
El
ají picante genera un efecto bactericida en el estómago, por ello el
ser humano, tendría menos posibilidades de sufrir algunas enfermedades
como la salmonella, por ejemplo. En el cerebro una vez que se
absorbe el ají picante, se produce una estimulación del sistema
nervioso, haciendo que produzcamos más endorfinas, compuestos opiáceos
que están relacionados con la satisfacción y bienestar.
Para el Páncreas, el picante produce un efecto insulinotrópico, que ayuda a agregar mayor cantidad de insulina, por
tanto es ideal para diabéticos. En la próstata la capsaicina, protege
al ADN de los carcinógenos y está demostrado que reduce la posibilidad
de sufrir cáncer de
próstata.
próstata.
Razones Científicas
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Nottingham, publicado en
“Biophysical Research Communications, demostró que los vaniloides de
la familia a la que pertenece la capsaicina, se unen a las proteínas en
la mitocondria de las células cancerosas y generan la muerte celular
sin dañar las células sanas circundantes.
Es decir, el ají picante puede ser considerado para patologías cancerígenas.